REDACCION : Jorge Garcia
Para EL MALETILLA Y OPINION Y TOROS DE MADRID
CORRESPONSALES EN ECUADOR.

EL PASEILLO

LA CINTA CORTO EL MATADOR DE TOROS Y EMPRESARIO JOSE LUIS COBO

LA BENDICION DE LA PLAZA

LARGAS COLAS PARA ASISTIR A LA INAGURACION EN SAN ISIDRO LABRADOR
Con un lleno total, en la coqueta placita de toros “San Isidro Labrador” de la ciudad de Latacunga, ciudad ubicada a 70 kilómetros al sur de la ciudad de Quito, se realizó una atractiva corrida de toros, con el objeto de reinaugurar la plaza, luego de haberle puesto a punto hasta en los mínimos detalles. Se lidió un toro de Ortuño, uno de La Viña y tres de Triana, bravos en su totalidad pero, todos con dificultades.

VICTOR MENDEZ POR CHICUELINAS
Un hermoso astado colorado de Triana le correspondió lidiar en primer término al portugués Víctor Méndez que, con solo aparecer en el ruedo, fue ovacionado por el público, en recuerdo de los grandes momentos que hizo vivir en sus presentaciones en suelo ecuatoriano. Recibió en gran forma al toro y, le instrumentó cuatro verónicas apretadas y con mucho arte, para rematar con una media maravillosa. El público de pié, premió al torero con sonoros aplausos. Con chicuelinas al paso, llevó al burel hasta el caballo del picador, siendo aplaudido nuevamente por el respetable. Una gran vara de Naún Salazar, dejó en suerte al astado. Luciendo en su cabeza su montera, colocó en gran forma, dos pares de rehiletes, en medio de la música y la ovación de los aficionados. A media altura y con temple, propinó una buena tanda de derechazos, levantando la ovación de todos los asistentes a la corrida. Continuó la faena con la mano derecha, consintiendo al astado, que se lo veía con poca fuerza. Sin embargo, lo alcanzó cerca al cuello y, el astado lanzó al diestro al suelo pero, ventajosamente, no hubo resultados que lamentar. Un gran volapié sirvió para dejar una espada entera en el cuerpo del toro y, logró pasaportarlo. Una oreja concedió Usía, en forma justa y, con ella dio vuelta al ruedo.

MENDEZ EN UN PARDE BANDERILLAS
El segundo de su lote, fue un hermoso toro colorado de La Viña. Otro animal bravo, con fijeza, nobleza y, sobre todo, gran acuciosidad por humillar y seguir a los trastos de torear. Cuatro delantales de buena factura, dos chicuelinas y un afarolado, dieron paso a la salida de los del castoreño, para cubrir el primer tercio de la lidia. Una vara de regular ejecución. Buena actuación del subalterno Calahorrano llevando al toro con el capote y, buen quite del Tortuga, antes de que vuelva el toro al caballo del picador de la puerta de toriles. Dos pares de banderillas con dificultades pues, sus 52 años ya no le permiten cumplir con los garrapullos como acostumbraba y, además, por estar con alguna libritas de más pero, su profesionalismo, su entrega y sus conocimientos, le permitieron salir de cualquier apuro, demostrando lo maestro que es. La cerrada ovación del aficionado, mantuvo sin poder escuchar nada más durante la faena. Algunos empellones y muchos sustos se vivió en el ruedo. Una tanda a media altura de derechazos, iniciaron la faena. La música se escuchaba en el ambiente y, el toro obedecía lo que su matador le ordenaba. Unas manoletinas apretadas, levantaron de los asientos a los aficionados, que disfrutaban lo que veían. Problemas con el acero no le permitieron conseguir un mayor triunfo pero, su voluntad para hacer bien las cosas, trasmitió al público, que siempre alentó al torero portugués. Al fin, luego de un aviso y de un descabello, pasaportó el astado. Una vuelta al ruedo al matador y, ovación al toro en el arrastre.

FINITO DE CORDOVA POR DERECHAZOS
Un toro negro de Triana, le correspondió que salte a la arena como el primer astado que debía lidiarlo Finito de Córdoba. Algunas verónicas bien ejecutadas, hicieron aplaudir al respetable y, en el último capotazo, el toro se venció por el pitón derecho. Una vara en buen lugar, terminó con el primer tercio de la lidia. Se cumplió con el segundo tercio, destacándose el hijo del Tortuga con la colocación de dos rehiletes. Lo recogió en gran forma y, en medio de los aplausos del respetable, dejó al estado en los medios. Una buena tanda de derechazos a media altura, permitió al torero dar inicio a la faena en el último tercio. A los acordes de la música, inició lo pases con la muleta, teniendo la pañoza con la mano izquierda. El toro era bravo pero, bastante incierto y, además, no humillaba. Pesado estuvo con el acero, para dejar luego un bajonazo, que pasaportó al astado. Palmas del público al torero y, silencio al toro en el arrastre.
El último astado del festejo, fue astado castaño de Triana y le correspondió en suerte como su segundo. Recibió al astado con el capote y poco pudo hacer con él al comenzar la lidia de este toro. Una buena vara de Braulio Almeida, dio paso al tercio de palitroques. Se cubrió con el segundo tercio en buena forma. Con la muleta en su mano derecha, inició su faena muleteril. El astado se quedó y, parecía que al diestro no le interesaba lo que hacía. Las rechiflas del público, despertaron al matador quien, no quiso dejarse ganar y, le puso todo el empeño para seguir adelante. Parecía que el toro se “contagió” con el ánimo del diestro y, todo cambió. Inclusos el público mirando lo que ocurría en la arena, pedía música para el diestro y, al ver la negativa de Usía, con las palmas interpretaban notas diversas. Con poder y conocimiento, el torero español de cuarenta años, continuaba con su trabajo y, el astado respondía en gran forma. Qué capacidad y qué forma de hacerlo. El toro embestía bien y, el público se deleitaba con lo que estaba viendo. El torero enseñó a embestir al astado y, le pasó cuantas veces quiso, muy cerca de la faja de su traje, Una faena de gran factura y calidad. Lamentablemente, no todos entendieron lo que vieron y, por ello, reaccionaron equivocadamente. Con la mano derecha realizó una gran faena, terminando con un recorte de ensueño. Dejó una estocada hasta la empuñadura, aunque algo tendida y contraria. La autoridad que vio lo que hizo el torero con ese toro, le concedió una oreja, luego del golpe de descabello. Silencio en el arrastre al toro

WILSON VALLADARES
A Wilson Valladares le correspondió lidiar el primer toro, un hermoso animal negro, bragado, con gran acometida. Este astado era de Ortuño, para mí, el mejor toro del encierro que, lamentablemente, fue desperdiciado por su matador, quien estuvo muy por debajo del animal. Tanto en la colocación de los rejones de castigo, como en la colocación de las farpas o banderillas de los rejoneadores, al igual que al colocar los rejones de muerte, el caballo ingresaba hacia donde se encontraba el toro pero, de lado. Nunca lo pudimos ver citando de frente, aguantando la embestida, generando el quiebro y, colocando rejones o banderillas. Mucha dificultad para matar al burel, habiendo incluso, bajado del caballo, para pomar los trastos de matar a pie. Luego de algún tiempo, pasaportó al astado, manteniendo en silencio al respetable. Sobre el toreo a caballo, llevándole de lado y siguiente la curva de la plaza, nada.

MENDEZ CORTO UN APENDICE

EL TRIUNFADOR VICTOR MENDEZ
Luego de terminada la corrida, se declaró ganador de la tarde, al diestro portugués, Víctor Méndez. Se concedieron varios premios adicionales.
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