TEXTO : latitudtaurina
FOTOS : ALBERTO SUAREZ
Redacción.- Para efectos de relatar debidamente lo ocurrido, dividiremos en dos partes, la crónica y básicamente en lo que a toros respecta, pues fieles a nuestro estilo, no caemos en detalles intrascendentes ni imprudentes. Nos basamos los quehaceres, en función del toro, elemento primordial de la fiesta.
La feria del cincuentenario no rompe, pese a que se han desarrollado tres festejos, dos de ellos de los de mayor atracción.
Andy Cartagena, enfrentó en primera instancia a un Santa Coloma, de escaso trapío, aunque colaborador, con ritmo y nobleza, con el que estuvo certero con los aceros aunque ventajista. Tan eficiente estuvo que termino con la vida del oponente con un rejón efectivo. Una oreja conseguida a Ley
En su segundo, al que aún no le terminamos de entender, pues fue de un comportamiento extraño, manso al caballo y pronto, claro y humillado a los excesivos capotes, el jinete estuvo realmente bien, entendió claramente la lidia que correspondía, comprendió los terrenos y volvió a estar atinado en los hierros aunque muchos de ellos a la grupa y un par a dos manos realmente antiestético. El rejón de muerte trasero y efectivo. Una oreja también merecida. El público ávido de espectáculo, disfrutó y eso es lo importante. Por respeto a su compañero herido no salió a hombros.
El confirmante Rafaelillo, vino a triunfar, denotó valor y entrega ante un Peñas Blancas de escasa fuerza, noble anqué envistiendo con la cabeza a media altura y sin extensión en el recorrido. De muleta estuvo templado y acertado, el toro se apagó. Se hubiese hecho de un trofeo, que por consecuencia del manejo del acero no fue a para a sus manos. El público agradeció su actitud.
En su segundo salió el coleta en su misma tónica, pero las cosas fueron distintas. Todo quedó en voluntad y sangre. Al iniciar la faena muleteril, tres veces fue el toro siguiendo el engaño, y en el cuarto encuentro hiso directamente por el torero, que pasó calado a la enfermería. Alvaro Samper intentó torearlo sin conseguir, tanto por su estado anímico, cuanto por las precauciones que tomó y es justo decirlo, también por el peligro que entrañaba el astifino toro que no colaboró para que la espada sea colocada y tampoco se hicieron bien las cosas por parte del torero, para ello. Tres avisos, toro vivo y pitos para el torero
En el primer toro de su lote Samper no pudo hacer mayor cosa. Un castaño con plaza y bonita lámina y blando también. Excelente el diestro con la capa, muletazos buenos, otros no y pesado a la hora suprema. Ovación.
Y por último un final triste, con un Santa Coloma que en la muleta apenas pasaba un cuarto de envestida y salía distraído, sin codicia y bravura. Alvaro, correcto y aseado y con voluntad, pinchó igualmente para al final recibir tibias palmas.
Parte Facultativo: Cornada en cara externa de muslo izquierdo en tercio medio. Dos trayectorias, la primera hacia arriba, atrás y adentro de 25 cm y la segunda superficial de 15 cm de profundidad. Destrucción de grupo muscular, sin evidencia de daños nerviosos o vascular. Pronostico menos grave.
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