Licenciado
Lenin Moreno Garcés
EXCELENTÍSIMO VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR
En su despacho.-
Estimado señor Vicepresidente:
Conocedores de su gran afición por la tauromaquia, le hacemos llegar nuestro agradecimiento por los diversos pronunciamientos públicos a favor de la Fiesta de los Toros en el Ecuador, la historia, la cultura y la tradición taurinas así lo exigían. No obstante señor Vicepresidente, debemos puntualizar y explicar varios aspectos alrededor de la posible prohibición de la muerte del animal en los festejos taurinos:
1. No matar el toro implica una seria afectación a la esencia y autenticidad de la fiesta brava, pues ello no significaría que el espectáculo mejore o evolucione en beneficio del animal, dado que la muerte sería inminente, con la única diferencia que se produciría en forma oculta. En Portugal, cada año se matan cerca de 4.000 toros en privado, en los corrales de las plazas donde fueron lidiados.
Con la mutilación o maquillaje de los espectáculos taurinos en el Ecuador, el primer efecto inmediato será la eliminación de la Feria de Quito, como una de las escalas obligadas del circuito mundial de ferias taurinas tradicionales y en consecuencia desaparecería la promoción turística de la ciudad, con que suelen iniciar las transmisiones televisivas que se producen a nivel internacional.
2. La pregunta que surge de inmediato es: ¿será el Ecuador un país más civilizado, más seguro y menos violento luego de la eventual toma de esta medida? La respuesta, a nuestro juicio, es absolutamente negativa, como negativo sería el hecho de combatir la pobreza ocultando a los pobres. La muerte, señor Vicepresidente, es consustancial a la naturaleza y a la vida desde el inicio de los tiempos y con seguridad va a estar presente siempre hasta su final. Bajo esta premisa que podría desatar una polémica filosófica sin término, permítanos recordarle aquella famosa anécdota del rey Salomón que mandó a partir a un niño en dos, para dejar contentas a la vez a sus dos presuntas madres, si se hubiera cumplido el fallo del sabio rey, el niño hubiera muerto.
3. En cuanto a la relación que se evidencia entre el toro y la naturaleza, es necesario resaltar que justamente la existencia de las corridas tradicionales son la base que sustenta la crianza de esta especie bovina y el ecosistema en el campo. En este contexto, los ganaderos de lidia han hecho más por la naturaleza que todas las organizaciones protectoras de animales juntas, que únicamente se han limitado a juzgar moralmente, desde afuera y sin ningún conocimiento sobre el tema.
4. Es un hecho incontestable que toda actividad artística, deportiva o de cualquier naturaleza que sea ejercida en espectáculos públicos (inclusive el fútbol) necesita para su fomento, divulgación y permanencia, de la participación de sus ejecutores más destacados y de las figuras más atractivas y de mayor convocatoria, en este contexto quienes gozamos del favor del público y hemos logrado mantener un status elevado gracias a un inmenso esfuerzo que se ha desarrollado a base de sangre, sudor y lágrimas, no estamos de acuerdo con la mutilación del espectáculo, de la forma que fuese, pues estamos seguros de que éste sería el primer paso para la extinción de las corridas de toros.
5. Convertir las corridas tradicionales en un simulacro de la tauromaquia y la ausencia de las figuras y representantes más destacados del toreo, desencadenaría el alejamiento de los aficionados y espectadores de las plazas de toros, lo cual implicaría no solamente una afectación en la tradición y cultura del pueblo, sino el descalabro socio-económico de muchos sectores relacionados con la fiesta brava, entre los que se cuentan a miles de familias ecuatorianas pobres y de limitados ingresos para su sustento diario.
Los diferentes estamentos de la fiesta taurina en el Ecuador y la afición organizada, presentaron ante la Corte Constitucional, la argumentación técnico-jurídica encaminada a la descalificación de la pregunta relacionada con las corridas de toros y las peleas de gallos, nosotros nos dirigimos a usted, para que luego de un proceso de reflexión sobre estas letras, propugne el retiro de la pregunta de la referida Consulta Popular.
Finalmente señor Vicepresidente, disentimos respetuosamente con su concepto sobre la estética, pues creemos que es un elemento subjetivo que no es susceptible de ser tratado en una consulta popular porque afectaría a la libertad de un sector del país y como usted lo ha dicho reiteradamente, es preferible el exceso de libertad a que no haya ninguna libertad.
Convencidos de su vocación democrática sujeta estrictamente al ordenamiento jurídico y a la participación ciudadana, le anticipamos nuestro agradecimiento por la favorable atención a la presente.
Atentamente,
Guillermo Albán Sebastián Castella
David Fandila “El Fandi” Jose Luis Cobo
Martín Campuzano Neptalí Caza “El Tortuga”
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